Paracaídas y paraguas
Diciembre, 2021El gran desarrollo económico de Álava se ha sabido conjugar con una acertada gestión medio ambiental de conservación y restauración de su biodiversidad y de sus ecosistemas, preservando la esencia de su entorno rural.
Una de las geniales citas de Einstein dice que «la mente es como un paracaídas, solo funciona si se abre». Un profundo pensamiento que podría alimentar también el razonamiento de que si tienes una idea brillante, merece la pena lanzarse al vacío para llevarla a cabo porque la fuerza de esa idea evitará que te estrelles. Emprendimiento salvaje en vena.
Si adaptásemos esta sentencia a la idiosincrasia de Álava, es probable que cambiásemos el paracaídas por un paraguas, que de lluvia entendemos un rato y –como la mente creativa– el paraguas solo funciona si se abre. En la historia de Álava, el paraguas abierto tiene su símbolo en el árbol. Al amparo de las copas de singulares encinas o robles, desde tiempos ancestrales, se tomaban las decisiones trascendentales que afectaban a las comunidades de pueblos y comarcas.
Estos majestuosos árboles fueron el antecedente agreste y vital de las solemnes cámaras legislativas o ágoras actuales. Es, desde la convicción en que la mejor solución a un problema es la que consigue repercutir en un beneficio propio y común, cuando la imagen de la mente-paraguas podría meterle un gol a la imagen mente-paracaídas.
Como no podía ser de otra manera, hoy en día este relevante pensamiento ético y social tiene su réplica en una estrategia mercantil. En el caso que nos ocupa se denomina «Win-Win», con la que todas las partes ganan (literalmente ‘Ganar-Ganar’); estrategia, dicho sea de paso, rescatada de un exitoso libro de auto-ayuda de los noventa de Stephen Covey.
En 2022 se cumplen 20 años de la puesta en marcha de una iniciativa pionera del Parque Tecnológico de Álava: el ecopastoreo. Las ovejas autóctonas que ilustran la fotografía de este artículo producen la leche con la que Buruaga Arditegia, de Etxabarri-Ibiña, elabora unos exquisitos quesos Idiazabal que acumulan un buen puñado de premios, oro y plata, del reconocido World Cheese Adwards.
El rebaño se encarga de forma natural del mantenimiento de las zonas verdes del Parke. Se evitan consumos energéticos, ruidos de maquinaria, envenenamiento del suelo por uso de agrotóxicos. Se facilita la fertilización tradicional y ecológica, generando estiércol de calidad que, como exponente de economía circular, se reutiliza para abonar las parcelas. Grandes firmas multinacionales, como Google o Yahoo han imitado esta gran iniciativa.
Este ejemplo de solución-paraguas proporciona otra lectura más, en la que se puede identificar la voluntad de las gentes de Álava: la resiliencia. En un mismo espacio conviven la vanguardia del talento, que mira al futuro, con el pastoreo, que se remonta al neolítico. Ambas actividades producen lo mejor de lo mejor y demuestran que en la innovación también cabe lo más pretérito.
Como se dice en informática: Si funciona, no lo toques.