Los tesoros de nuestra identidad
Paisaje alavés (detalle), hacia 1922. Ángel Olarte. © de la fotografía: Museo de Bellas Artes de Álava
La palabra
Febrero, 2022Hay palabras que, como los olores, vuelven de repente como si de una aparición se tratara. Otras nos chocan, al toparnos fortuitamente con ellas en una conversación vecinal en la antigua plaza de uno de nuestros pueblos de Álava.
En esta tierra nuestra que posee la característica de tener relación fronteriza con varias culturas nos encontramos con palabras, algunas en desuso y otras en plena vigencia, que dan muestra de la imaginación del pueblo alavés para nombrar el mundo en el que viven y se relaciona. Las voces son variadas y, según la zona donde se recogen, a veces adoptan significados distintos; algunas provienen del euskera y otras del castellano con lo que el popurrí está servido.
En Lagrán nos encontramos con palabras como: adentros para nombrar las habitaciones de una casa, agua mansa cuando se dice de un individuo de malas intenciones, pero de maneras suaves (afrentacasas, alicán, alipendi, aprovechategui, arrapasarri, fanfarrias, pierdecasas, son algunos de otros sinónimos para esta palabra), un alabo es un piropo, una frase agradable, allanabarrancos para decir de una persona a quien todo le parece fácil y asequible, arrecáncano es un piojo, badanas es un hombre flojo y cobarde.
A la mariquita le nombran machingorri en Uribarri, machingorrichia en Barajuen, magdalena en Markinez, marigorricho en Manurga, marigorringo en Untzilla, mariposica en Axpuru, mariposilla en Dordóniz y Saratxo, mariposita de Dios en Aperregi y Santa Cruz del Fierro y mariquita de San Antón en Erbi.
La palabra aguantar, en Vitoria y otras poblaciones, la utilizan como adelantar, correr muy deprisa “El que se tropieza y no cae, aguanta camino” y también para decir que se ha hecho pronto una labor “Parece mentira lo que han aguantado para hacer esa casa”. Su origen parece ser de Zurbano.
En Vitoria, de un persona mañosa y que sirve para muchas labores dicen que tiene aliño y en Contrasta a una persona de conducta muy dudosa, de la que nadie se fía, le llaman alicán y un alipendi sería una persona de conducta reprobable que se vale para realizar sus fechorías de la astucia y del engaño.
En La Llanada quihacer sería una respuesta afirmativa a una pregunta: “¿Vendrás mañana? Quihacer: Desde luego”. En Berrikano arrape era nadie o nada .”Con este frío no pasa ni arrape por la calle”. Una arveja en Vitoria era un guisante o hierbabuena y menta en Apellániz y en Guereñu se decía batán.
A los vientos también se les nombraba de diferentes maneras: Rapero era el viento que venía de los montes nevados en Berrikano (en Opakua era un carro demasiado cargado). Al viento frío del norte o noroeste se le llamaba matacabras en Opakua e ipar en Araia. Seguimos utilizando de manera generalizada una palabra que salió de Zurbano: jarrear que se refiere a llover a jarros o cántaros pero que en Vitoria se utilizaba cuando se cubría de yeso una pared.
Los adjetivos eran muy variados: maula, persona perezosa, vaga. Pambuste para los de Contrasta era un atontado, mangarro un perezoso. Rodrigón se le llamaba a una persona dominante. En Zurbano un tronzado era alguien muy cansado. Tirillas, esa persona inquieta, vivaracha y delgada. Un tiralevitas, un adulador. Un tarugo, una persona torpe, tonta.
En Lagrán a una mujer muy habladora se le decía que era una piscoleta, baldao era un vago y un bastonero era un mandón, una persona que quiere que todos le obedezcan. Un barulas en Contrasta era un individuo descuidado, con poca afición al trabajo. A una mujer despreocupada en Vitoria le llamaban lagartona. A la persona pesada en el trato en Apellániz le decían lambiotón. A un hombre o mujer de mala vida en Quintana les llamaban liquitiano, a.
Son unos pocos ejemplos de nuestro vocabulario particular. Un tesoro de “oro viejo” del que todavía circulan por nuestras tierras algunas de sus antiguas monedas. Te animamos a que, si recuerdas alguna palabra que se decía o se dice en casa o en tu pueblo y te resulta curiosa, la compartas a través de las redes sociales de Araba Market. Contribuye a rescatar un valioso tesoro de nuestra identidad.
Fuentes:
Antiguas palabras alavesas, Honorio Ruiz de Arcaute, 2015
Voces alavesas, Gerardo López de Guereñu Galarraga. Euskaltzaindia, 1998