El arte milenario que ilumina las fiestas
Abril, 2022¿Qué sería de las fiestas de nuestros pueblos sin sus fuegos artificiales? Mirar al cielo con cierta admiración suele ser el resultado de una especie de magia luminosa y volátil que conlleva un verdadero esfuerzo organizativo, de logística, creatividad y normativa.
150 años de historia y cinco generaciones de pirotécnicos de reconocido prestigio avalan la trayectoria de Pirotecnia FML. Nuestro territorio ha visto evolucionar la trayectoria del negocio familiar de los hermanos Martínez de Lecea, siendo uno de los más antiguos de España. Actualmente, dirigida por Félix, Luis y Miguel Martínez de Lecea, bisnietos de los fundadores, se encargan de diseñar y realizar espectáculos pirotécnicos variados.
La tradición de festejar con fuegos artificiales es muy antigua y arraigada. Los primeros fuegos artificiales estallaron en el cielo de china entre los años 600 y 900 D.C en una cultura asiática en la que se buscaba espantar a los espíritus malignos mediante la combinación de salitre, carbón, sulfuro y otros ingredientes que junto al fuego explotaban con un estallido ruidoso. Actualmente, las connotaciones de estos espectáculos son muy diferentes, Miguel y su equipo describen está práctica como un arte milenario que simboliza felicidad, celebración y alegría.
Emprender desde lo rural
La seguridad y la tranquilidad de un entorno arbolado y bucólico, hacen que la familia apostará por emprender en un entorno rural arbolado y bucólico como Berguenda, donde su padre decidió establecer la empresa en 1984. Sin embargo, no es la única localidad dónde la empresa ha ejercido. Ozaeta vio su creación allá por el siglo XIX y también la evolución de la práctica milenaria, desde la fabricación de pólvora de manera artesanal, hasta la evolución de ella a día de hoy.
En 1910 la familia se trasladó a Vitoria para seguir con su actividad y en 1918 a Miranda de Ebro, estableciendo en la localidad burgalesa el taller más amplio hasta la fecha. Años después, Luis padre, volvió a nuestro territorio rural y, con el paso de los años, sus hijos cogieron el mando de la empresa, proclamando así una cuarta generación de pirotécnicos.
Taller de FML Pirotecnia
Tiempos duros
“Mantener una empresa familiar de larga trayectoria es un reto difícil, pero contamos para ello con un importante cargamento de conocimientos y experiencia” afirman los dueños. Para los hermanos, estos dos años han sido muy duros debido a la nula actividad que les ha obligado a echar mano de recursos propios para sobrevivir, sin embargo, la experiencia y la ilusión han sido claves para seguir al pie del cañón.
Los hermanos comentan que, a nivel municipal, ha habido un aumento del uso de la pirotecnia: “Los castillos de fuegos artificiales siguen siendo uno de los espectáculos de las fiestas locales con más aceptación y presencia de público”, afirman. Sin embargo, esta tradición a nivel particular, según comentan, ha sufrido “un claro declive” debido a la exigente legislación, lo que, según los hermanos, mina la tradición haciendo que dejen de ser un referente en las celebraciones privadas.
Adaptarse o morir
En una sociedad en la que los modelos de negocio se encuentran en plena transformación, los negocios rurales se han visto obligados a adaptarse para sobrevivir. Los dueños de FML Pirotecnia creen que la pervivencia de la profesión en el futuro se esconde en la adaptación a las diferentes realidades sociales y culturales de cada época. Es por ello que, para los hermanos, actualmente, las redes e internet son un “escaparate necesario” y una herramienta imprescindible que ayuda a los potenciales clientes y a la propia empresa.
Lejos de rendirse, la pasión de la familia hace que se sientan motivados para seguir con la milenaria tradición que hace que podamos gozar en cada celebración de un cielo lleno de alegría, tiene un gran simbolismo.