De la cocina al corazón
Mayo 2022Cuando Estíbaliz creó Sukaldatuz Jolasten, no se imaginó que esta iniciativa para enseñar a la infancia a alimentarse adecuadamente crecería como lo ha hecho. Ahora, reconvertida en Hazten eta Jolasten, Estíbaliz abarca más frentes de los que imaginaba haciendo talleres ya no solo de cocina, sino también de arte y de ciencia.
Porque la intención de esta vecina de Alegría-Dulantzi es enseñar desde la diversión y la práctica. Mediante los talleres, busca que los niños y niñas aprendan y desarrollen las capacidades propias de cada etapa de crecimiento mientras aprenden sobre recetas, ciencia y arte.
En su taller de cocina, niños y niñas aprenden sobre alimentos saludables, recetas y preparaciones, disfrutan cocinando y comparten su tiempo mientras desarrollan sus personalidades. También cuenta con segmento diseñado para adolescentes, en el que les enseña cómo alimentarse de manera adecuada y les muestra que no hay necesidad de abusar de los alimentos ultraprocesados ni de la fast food.
La iniciativa, creada y afincada principalmente en Alegría-Dulantzi, no tiene límites dentro del territorio. Estíbaliz y su equipo no cuentan con un local físico, por lo que se mueven con todos los instrumentos necesarios -hornos, mesas, taburetes, etc.- a cualquier lugar desde donde les llamen. Esto se debe a que la creadora detectó esta necesidad en el entorno rural: “Parece que todo este tipo de actividades extraescolares están ligadas a las ciudades y que tienes que moverte para realizarlas”, comenta.
Sin embargo, considera que actuar en el medio rural le aporta cercanía y contacto estrecho con la gente. “Al no haber cosas parecidas cerca, el apoyo de las instituciones, el trato con los responsables de los departamentos, con los aitas y amas… Todo es mucho más cercano”, añade. Esto es especialmente beneficioso para el crecimiento de los y las txikis: “Aquí tienen contacto directo con los animales, las plantas, los ciclos vitales de la naturaleza, pueden correr por las calles libremente… Todo eso la ciudad no se lo da”, añade.
Para Estíbaliz, lo principal de este proyecto es fomentar que las más pequeñas y los más pequeños sean mejores personas trabajando la creatividad, la autoestima, la paciencia y otras muchas cualidades. Uno de los valores que más se trabajan es la paciencia: “Si algo tiene que hacerse, deben aprender a esperar. Las cosas tienen su tiempo”, explica.
Desde Hazten eta Jolasten, también se esfuerzan por trabajar la solidaridad mediante iniciativas como Bizcocho solidario o el comercio justo. Actualmente, están llevando a cabo un taller gratuito para niños y niñas ucranianos refugiados, y en julio participarán en una recaudación de fondos para la investigación del cáncer infantil.
Mantener tradiciones y costumbres es uno de sus pilares básicos, por lo que se esfuerzan por trabajar fechas importantes como San Blas, Santa Águeda o San Prudencio. Además, como forma de mantener el idioma, también imparten los talleres en euskera y en inglés para que los y las peques practiquen.
El futuro de Hazten eta Jolasten está en los colegios. “Esperamos que nuestras actividades extraescolares del curso entero vayan entrando cada vez en más centros escolares”, comenta Estíbaliz. También les gustaría seguir haciendo talleres puntuales en fiestas de fin de curso y en otras ocasiones para hacer llegar su saber a los más pequeños y a los adolescentes.
Asimismo, les gustaría trabajar en residencias para personas mayores. En estos casos, el objetivo sería diferente: mantenerlas activas y darles la opción de relacionarse con más gente de su edad para pasar un rato agradable. Todo esto con la intención de convertirse en un proyecto de referencia y expandir la iniciativa de manera paulatina, con mucho esfuerzo y todo el cariño.