Nuestra sastrería
Noviembre, 2021Álava viste discreta y sin ostentación. Tras esta apariencia sobria pero elegante, se puede palpar en su ropero particular unas hechuras a la medida de su territorio y una tela de la mejor calidad, eficazmente hilvanada: su tejido social.
Se puede poner en duda aquel dicho popular que reza: «el hábito hace al monje», ya que, en muchas ocasiones, la realidad obedece a otra réplica del refranero, «las apariencias engañan». En el caso de Álava, se conjugan ambos dichos. Su apariencia es poco ostentosa como así lo es, en general, el carácter de sus gentes.
Pero también es cierto, que tras estas prendas que a primera vista se nos antojan humildemente discretas, se puede observar una labor de sastrería que se manifiesta en cada una de ellas, desde la idoneidad de su ropa de labor, hasta la comodidad de la ropa de casa. Percibimos, entonces, que están diseñadas a medida.
Esta labor de sastrería descubre un aspecto esencial de la idiosincrasia de nuestro territorio: su entramado social y asociativo que conforman un tejido resistente y flexible. Las cuadrillas, herrialdes y concejos de Álava forman la tela porosa por la que transpiran cada uno de los hilos que tejen el territorio. Sustentados a la vez por los nudos que conforman los intereses y las demandas de sus pobladoras y pobladores. Esta singular trama, unida a la capacidad de gestión que otorga el régimen foral, posibilitan que Álava vaya tejiendo su vestuario a la medida de sus necesidades e intereses compartidos.
Como muestra, un botón. A Navaridas, un municipio de unos 200 habitantes de la comarca de Rioja Alavesa, se le acaba de otorgar dos importantes galardones estatales de biodiversidad. Nada menos que diez años de esfuerzo conjunto y continuo del voluntariado del vecindario y las administraciones del territorio, han culminado un ambicioso plan de trabajo, con una lista de tareas considerable, una gran labor que ha sido reconocida con un premio «Hábitats» y un premio a la «Biodiversidad e impulso económico».
El resultado es diverso y singular como la vida misma; por citar algunos: dos importantes espacios únicos recuperados y adecuados para la supervivencia de algunas especies en extinción en La Laguna y el Monte de Navaridas, la creación de una red de microhumedales o el afianzamiento de actividades económicas arraigadas, como el viñedo y las variedades frutales tradicionales.
No lo duden, porque un montón de reconocimientos lo demuestran, la Álava rural no se exhibe con estridencia, pero causa admiración general en los desfiles de la pasarela del desarrollo sostenible; esa que exige sí o sí que el esfuerzo sea un compromiso compartido.
Queremos agradecer aquí el enorme trabajo que han desempeñado y desempeñan las cuadrillas en el proyecto Araba Market, cuya génesis parte precisamente de una de sus demandas ante la situación, derivada de la emergencia sanitaria, que vapuleó a los negocios de la Álava rural. Queda mucha tela por tejer y no nos llevemos a engaño, en nuestro particular ropero alavés también tenemos rotos y descosidos que tenemos que apañar.
Contamos con uno de los grandes secretos de la Álava rural: un tejido de primera calidad y, desde hace un par de meses, un escaparate donde exhibir nuestras prendas; eso sí, con discreción y sin ostentaciones porque lo mejor, como casi siempre, se encuentra en el interior.